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Capriles cruzo “nadando” el río de gente que lo recibió en Catia

La batalla de Catia. Cuadro pintado por un pueblo aguerrido

Llego Capriles a Catia
Serian las 11:30 am cuando llegaron Capriles, Ledezma e Ismael Garcia. Inmediatamente Capriles se convirtió en el ojo de un huracán de gente, que luchaba por tocar, saludar o simplemente verle de cerca. No tenia la “gorra de prohibida”. Cargaba una gorra de los Leones del Caracas, y eso en los Magallanes de Catia, no te hace muy popular (jeje), pero a Capriles se le perdona.

Viendo la escena, me acorde de las fiestas patronales de un pueblo, todos haciendo cola para tocar a la imagen del santo que sacan a pasear por el pueblo. Aunque en este caso no se hacia cola.

Al llegar “San” Capriles. Me toco correr para anunciar su llegada… En realidad (como previamente había visto el efecto “río de gente” que ocurre cuando el candidato camina), y preferí pegar un buena carrera para no ahogarme en el gentío.

Los compañeros me vieron llegar corriendo, y entre risas se prepararon para lo que seguía a continuación. Me dijeron que Ledezma comenzó a hablar para los medios en la farmacia la fe. En realidad lo que dijo, poco importó. Seguramente los medios impaciente lo deben haber cortado (descortésmente), pues Capriles estaba estirando las piernas, abrazando mujeres, señoras, y saludando a cuanto se le acercaba.

Capriles comenzó a caminar
Cuando volvía de regreso hacia la farmacia la fe donde estaba el candidato, se soltó “el agua contenida de la presa”…

Capriles comenzó caminar, y hasta el más orgulloso vecino (que hasta hace un rato criticaba toda la alharaca por “ese chamo”), disimuladamente quería ver al carajo “que tiene loco a Chavez”… El gentío se me veía encima, y tuve que regresar corriendo y alejandome.

Los gritos, los saludos de la gente que lo veía pasar, y la desesperación de los que querían caminar junto a el, me recordaron a una estrella de rock. ¡Pero no una estrella cualquiera! Capriles es una especie de Beatles de la política. Y francamente ni Chávez en sus mejores días, causaba semejante efecto en la gente.

Mientras corría delante de Capriles, buscaba a los dirigentes de Catia, para que fueran ellos quienes caminaran junto al candidato. Pero acompañarlo no es fácil. Al llegar a la calle sonrisa, el pana Enrique desde el camión del sonido, parecía que iba a morir de un ataque cardiaco. “¡Enrique Capriles Radonsky esta llegando a Caaaaatiiiaaaa, señores!”

Me encanto ver como había gente que temblaba esperando que Capriles pasara cerca. En este punto, el candidato habia pasado a través de los defensores la tarjeta unitaria, rebasado a los muchachos de UNT, y ¡el río crecía como en fuerza!.

Delatando al candidato
Aunque era una subida hacia la calle olivares, la fuerza del remolino de gente aumentaba a cada paso. Y a la altura de la calle comercio (transversal a calle sonrisa), la tropa amarilla de PJ fue arrastrada por el remolino. Los más veteranos de estas batallas con Capriles, apuraron el paso, persiguiendo a una gorra prohibida que creyeron era el candidato Capriles. Entonces me toco llamarlos y delatar al candidato… “Ya va, ya va… Tranquilos que ese no es. El viene aquí…” Y así se me vino encima una multitud…

Pero caminando con nuestro candidato no hay que dormirse, porque te tumban. La fuerza del rio de gente es notable. Y es una fuerza que en realidad escapa del control del candidato. En la calle Olivares, como pudo, Capriles de aferro a la acera alta, y logró estirarse para saludar a unas señoras. Pero la corriente de gente era demasiado fuerte y el candidato se dejo llevar por la multitud alegre…“¡Se ve se siente!”

Moderando a la seguridad
Me habían prevenido de “no mandar al cipote al equipo de seguridad”, y había prometido portarme bien “no pelear con nadie”… Así que cuando ví a un elemento de la seguridad, evitar que una muchacha se acercara al candidato, intervine… “Deja a la chama, pana…” le dije. “Yo soy el jefe de seguridad de bla, bla”… me contesto con autoridad. “Ta, bien pana… Trata de tener mas tacto, y deja que la gente lo salude… Y tranquilo q yo te ayudo”… (La chama entonces pudo abrazar y besar a Capriles para envidia de las feminas – pero nunca sabrá que yo fui su verdadero héroe, ¡Ingrata vida!, jaja)

¿Donde esta Wilmer Benitez?
En ese punto me acorde. “¿Donde esta Wilmer Benitez (nuestro jefe de campaña)?” No lo veía al lado del candidato. El estaba obligado a estar junto al candidato representando a la gente de Catia. Entonces lo vi aparecer nadando entre la gente, y a empujones lo llevamos hasta el frente, “para que indicara la ruta”.

En las veredas, de la calle olivares, los vecinos estaban literalmente con la boca abierta. Gente que había subido desde La cortada (la parte mas abajo del barrio) y nos veía pasar con una sonrisa sincera.

La gente gritaba tantas cosas, pero mis oídos solo estaban afinados para los oficialistas… Y en ese nivel. El silencio era absoluto… Puros “te amo” “Viva capriles” “Capriles, Capriles” “Se ve se siente” “Capriles presidente”… Y ningún fuera, o viva Chavez…

Un chorro de gente
Mientras yo pensaba tonterías. Ya nuestro representante por Catia estaba junto al candidato. Y de pronto me di cuanta q estábamos en un “cuello de botella”. Pasar toda esa gente por allí fue difícil. En las fotos (Ver la que encabeza la parte 2)… Verán a Ramón Muchacho aplastado, a Yvan Olivares aprovechando su estatura, a Ismael García tropezar por tratar de hablar con Wilmer Benitez y… ¡y nada!… Salimos de la calle olivares como un chorro de gente a presión… Y entonces… ¡Dios mío!…

Al salir de la calle Olivares nos esperaba un gentío bestial… “¿De donde salio tanta gente?”

El camino de la victoria
De aquí en adelante no tuve idea de donde estaba… Me perdí en pensamientos… Caminaba obligado por la inercia del grupo… ¿El camión iba delante? Uhh… Si…

Desde lo alto de las casas, la gente lanzaba unos papelitos dorados, creando un espectáculo de luces bellisimo. El paso del río y del candidato se sentía en cámara lenta. Flotaba el pueblo.

Mientras corría por los campos elíseo de la calle Gobernador, vi aparecer frente a mí, a una hermosa dama, con una gran sonrisa. Y al llegar a ella… Me dio y gran empujón, para quitarme de su paso, y abrazar a Capriles… (jaja – ¿Qué tiene el candidato que no tenga yo?)… Un poco más adelante, había más gente aun… Y aquí dejare que Globovision les cuente.

Continua… Parte 2-B

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138 comentarios para “Capriles y La Toma Catia (Parte 2)”

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