Saverio Vivas

Aspecto operativo de extintas Juntas parroquiales

Las juntas parroquiales: crónicas de una muerta anunciada

Las juntas parroquiales están muertas. Lo advertimos hace más de 1 año atrás cuando insistimos que se debía promover la lucha vecinal desde los consejos comunales, porque esos en definitiva serian las estructuras de gobierno más cercanas a los ciudadanos luego de la desaparición de las inoperantes juntas parroquiales.

Pese a nuestras advertencias, y a que el oficialismo se canso de anunciarlo, las organizaciones política opositoras no se dieron por enteradas, y prefirieron mantener entretenida a sus militancias, con la promesa de incluir a los mas fieles en las benditas listas de candidatos a las juntas parroquiales.

Muertas las juntas parroquiales, es importante reflexionar sobre esta crónica de muerte anunciada, y analizar sin pasiones las acciones futuras en materia de lucha vecinal.

¿Por qué el oficialismo elimino las juntas parroquiales?

Según el romanticismo oficial, la epopeya y gobierno revolucionario de Hugo Chávez se encuentra en un tercer período llamado: Etapa de formación de Patria nueva. En esta etapa, que supuestamente comenzó en 2009 y terminara en 2019, el comandante creara el Nuevo Estado comunal que sustituirá a las viejas estructuras del estado punto fijista. Consejos comunales y comunas serán sustitutos de parroquias y municipios. Y aunque no esta claro aun, cual es el destino final de los municipios, al menos en el caso de las parroquias, no hay mayor preocupación, dada la inoperancia de las estructuras parroquiales.

En relación a las juntas parroquiales, existían dos corrientes de opinión dentro del chavismo. Una que abogaba para que desaparecieran definitivamente (tesis de los antimunicipios – Aristóbulo) y otra que planteaba mantenerlas con otro nombre y que sus miembros fueran electos en segundo grado por voceros de las comunas (tesis de los defensores de la figura del municipio – Alcaldes oficialistas).

Si considerábamos todos los intereses políticos particulares que rodean la administración de los municipios y parroquias, era previsible que la tesis de los alcaldes oficialistas prevaleciera. De manera que oficialmente hoy, el gobierno revolucionario ha “destruido” esas fracasadas estructura punto fijista llamada Juntas parroquiales, para dar paso unas estructuras revolucionarias elegidas en segundo grado por los “adecuados” voceros de los consejos comunales.

Pero una elección en segundo grado esas estructuras básicas viola el derecho constitucional al voto directo, causaría un gran descrédito publico al gobierno nacional.

¿Por que entonces el oficialismo se complica la vida proponiendo elecciones de segundo grado para las estructuras que sustituirán a las juntas parroquiales?

Existen dos razones de peso. La primera mas que de peso, debería llamarse de bolívares, puesto que poner a los “adecuados” voceros de los consejos comunales (quienes en su abrumadora mayoría son militantes del psuv) a que elijan quienes serán los elegidos para ocupar los cargos de esas nuevas estructuras, es garantizarles los militantes del psuv los jugosos sueldos de 8-6 millones de bolívares que cobraban los antiguos funcionarios de las juntas parroquiales.

La segunda (y más poderosa) razón, es que con la elección en segundo grado el gobierno se libera del voto castigo (que en una elección directa) pondría en jaque el proyecto del Estado comunal, y dejaría en evidencia la falta de apoyo popular real al régimen.

Previniendo tal situación, era imperativo que las fuerzas opositoras se volcaran a participar masivamente a la campaña nacional de “adecuación” de los consejos comunales, que lanzo el oficialismo en vísperas de las elecciones parlamentarias del 26S.

¿Qué fue la campaña nacional de “adecuación” de los consejos comunales y que perseguía el oficialismo con ella?

La campaña nacional de adecuación de los consejos comunales, consistió en un proceso general de relegitimación de autoridades de los consejos comunales de todo el país, dado que más del 60% de sus autoridades tenía el periodo de dos años vencidos. En el caso de aquellos consejos comunales con autoridades vigentes, la campaña de adecuación argumentaba que las elecciones debían realizarse nuevamente, para adecuarlos a la nueva ley (pese a que las modificaciones finales  de la legislación fueron pocas).

Así pues, mediante múltiples jugarretas políticas y administrativa, se procuró dejar a un lado a la mayor cantidad posible de los pocos voceros opositores presentes en los consejos comunales. Y ante el absoluto desinterés del bloque opositor, entre “gallos y medianoche”, decenas de miles de consejos comunales del todo el país fueron “adecuados”, para garantizar al oficialismo un control abrumador de los consejos comunales, comunas y consejo federal de gobierno.

En consecuencia, el gobierno fortaleció su control sobre los consejos comunales, haciéndose una camisa a la medida. Y la oposición (ocupada en la lucha por los cargos a la asamblea y las negociaciones para los cargos a concejales y juntas parroquiales) no atino a entender lo que pasaba.

Reflexiones finales ¿Donde estamos hoy?

• La oposición no vio venir las jugadas oficialistas (o mejor dicho, no escucho las advertencias) sobre la construcción del llamado “Estado comunal”.
• Y asombrosamente, a estas alturas del juego, en la mayoría de las organizaciones políticas, prevalece la tesis de ignorar los avances de la construcción del Estado comunal. En vez de promover la lucha vecinal mediante la participación de opositores en los consejos comunales y comunas, se habla de “crear ongs y asociaciones civiles” para supuestamente hacerles frente.
• Y se continúa llorando por la inconstitucionalidad del poder popular.
• Aunque las juntas parroquiales han demostrado ser estructuras inoperantes (ya sea por que el estado las ha marginado, o porque sencillamente sus autoridades no sirven) la nueva aventura opositora es lanzar una cruzada para “la defensa de las juntas parroquiales porque así se defiende el derecho al voto”.
• Se ha retomado el viejo deporte opositor de llevar papelitos al TSJ para que los magistrados los desechen. Ahora el tema son las juntas parroquiales… Si existiera alguna posibilidad que hoy día el TSJ frenara el caso de las juntas parroquiales, entonces ya hubiesen frenado todas las leyes del poder popular por inconstitucionales. De nuevo, perseguimos autobuses en la autopista de los rápidos cambios oficialistas.
• El argumento de librar una lucha que nos gane la simpatía de los mas de 9000 exfuncionarios chavistas de las juntas parroquiales, es tonto, pues para nadie es un secreto que estos funcionarios son de los más fieles al proceso, y si aceptan la ayuda opositora es para evitarse el trabajo sucio de protestar contra el proceso. (En caso como Catia, eran ellos los que lideraban la fuerza de choques contra la oposición. Allí se estaría poniendo a la militancia opositora a que luche por los derechos de los radicales más fieles a Bernal y Lina Ron).
• Teniendo a los consejos comunales del país “adecuados” con militantes del psuv, estos en su rol de voceros comunales seleccionaran para los cargos de las nuevas juntas parroquiales, a militantes del psuv. La ilusión de “un pueblo que se vuelca apoyar” a su gobierno luego de 12 años, esta lista. Ese será el siguiente paso.
• La elección de los concejales, esta en un “veremos”, similar al que precedió al fin de las juntas parroquiales. Nada esta decidido sobre ese asunto.

Las juntas parroquiales están muertas. Y no es tiempo de llorarlas, porque su muerte fue anunciada y no hicimos nada. No es tiempo de Llevar papelitos al TSJ para que los magistrados los desechen ( Lo que parece ser un deporte nacional de la oposición). Es tiempo de trabajar para ocupar las estructuras que la sustituirán. La mirada y esfuerzos de todos deben ir a los consejos comunales. Estamos a tiempo de aprovechar un mar de debilidades, que el oficialismo ha dejado. Podemos ganar esta lucha, pero el “¿como?” es un asunto estratégico que se debemos reservaremos

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